Sara presenta en su primer poemario todas las palabras que la habitan. Lo hace desde la serenidad que da lo ya vivido, desde el aprendizaje vital que acompaña a los errores y a los finales. No tiene miedo a bucear dentro de sí misma para dar respuesta a las preguntas que se hace en voz alta, y lo hace sabiendo que el resto también necesitamos escucharla.