Una brillante alegoría sobre la libertad de uno de los grandes talentos de la literatura argentina contemporánea En una isla indefinida y en un tiempo indeterminado, un barco cargado de esclavos atraca en el puerto. El narrador de esta historia ha viajado hacinado en una jaula con otros doscientos esclavos y, al poco de pisar tierra, tiene el dudoso privilegio de ser de los primeros en encontrar un comprador. Se trata de Aníbal, el señor de un castillo situado en lo alto de una colina cercana al puerto. Allí, el protagonista se ve obligado a cumplir las órdenes cada vez más delirantes de su excéntrico amo. No obstante, los abusos que perpetra contra una de sus esclavas y las tareas inconcebiblemente repugnantes que le impone a él terminarán por empujar a los esclavos a idear un tiranicidio. Este es tan solo el punto de partida de Gracias, la brillante segunda novela de Pablo Katchadjian, que explora los procesos de construcción de las sociedades al tiempo que desnuda los cimientos de las ya existentes. En las páginas de esta novela hay espacio para la reflexión, el humor y la crudeza; para la camaradería, el